Asís nos deslumbra una vez más con un libro de narraciones repleto de
sorpresas. Implacable como siempre, con esa combinación de talento,
oficio y viveza criolla que lo caracterizan, Asís cuenta las historias
que los prejuicios, la benevolencia y el conformismo nos impiden -nos
prohíben- conocer.
Rodolfo Zalim, alter ego de Jorge Asís, es un dandy de siglo diecinueve
forzosamente trasplantado a la pragmática vulgaridad de los años
noventa. En el Café de Flore, en París, conoce al escritor
estadounidense Scott Brady-Ford y atestigua cómo engaña a su esposa con
una joven coreana. Un auténtico "vampiro literario", que vive de …
Asís nos deslumbra una vez más con un libro de narraciones repleto de
sorpresas. Implacable como siempre, con esa combinación de talento,
oficio y viveza criolla que lo caracterizan, Asís cuenta las historias
que los prejuicios, la benevolencia y el conformismo nos impiden -nos
prohíben- conocer.
Rodolfo Zalim, alter ego de Jorge Asís, es un dandy de siglo diecinueve
forzosamente trasplantado a la pragmática vulgaridad de los años
noventa. En el Café de Flore, en París, conoce al escritor
estadounidense Scott Brady-Ford y atestigua cómo engaña a su esposa con
una joven coreana. Un auténtico "vampiro literario", que vive de las
historias de quienes lo rodean, Zalim se obsesiona con Brady-Ford y va
en busca de su esposa, Evelyn Stewart. Pronto se verá enredado en un
affaire con la norteamericana y también con una porteña de mediana edad
que visita París. Las narraciones que siguen, "Nobleza a la carta" y "La
noche del mouton", acentúan el desengaño y la hipocresía de fines de
siglo pasado: en el primer relato, Zalim contrata a un grupo de nobles
para impresionar a un visitante argentino; en el segundo, asiste a una
cena organizada por su amiga lesbiana Odette Cid-Autant y se convierte
en víctima de sus engaños.
Implacable como siempre, con esa combinación de talento, oficio y viveza
criolla que lo caracterizan, Asís despliega su mordacidad habitual y
cuenta las historias que los prejuicios, la benevolencia y el
conformismo nos impiden conocer.
