¿Y si el mayor peligro de trabajar en riesgos laborales fuera el de enamorarte de tu compañero de trabajo?
¿Y si no pudierais apartar las manos el uno del otro y convertís la oficina en un campo de juego sexual?
Rebeca trabaja en el departamento de Riesgos Laborales de una empresa constructora, pero realmente el riesgo es ella: torpe, despistada, y parece llamar a las situaciones complicadas allá por dónde va.
Con los hombres no es mucho mejor; como asegura su mejor amiga Nadia, tiene el radar activo para encontrarse con tíos raros, niñatos, hombres casados… las veinticuatro horas del …
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar su experiencia y nuestros servicios analizando su navegación en nuestra web y cómo interactúa con nosotros y poder mostrarle publicidad en función de sus hábitos de navegación. Para consentir su utilización, pulse el botón “Acepto”. Puede obtener más información consultando nuestra Política de Cookies.