«Brillante. [...] Ellis recrea la época mejor que Tom Wolfe o Don DeLillo.
[...] Se está convirtiendo en uno de los escritores americanos de mayor genialidad».
GQ
En el Manhattan de los noventa, Victor Ward, un modelo con abdominales esculpidos y amistades influyentes, es visto y fotografiado en todas partes, incluso en lugares en los que nunca ha estado y con personas que ni siquiera conoce. En vísperas de la inauguración del club nocturno más cool en la historia de la ciudad de Nueva York, Victor es atraído, de manera gradual e imperceptible, hacia un espejo sombrío de la …
«Brillante. [...] Ellis recrea la época mejor que Tom Wolfe o Don DeLillo.
[...] Se está convirtiendo en uno de los escritores americanos de mayor genialidad».
GQ
En el Manhattan de los noventa, Victor Ward, un modelo con abdominales esculpidos y amistades influyentes, es visto y fotografiado en todas partes, incluso en lugares en los que nunca ha estado y con personas que ni siquiera conoce. En vísperas de la inauguración del club nocturno más cool en la historia de la ciudad de Nueva York, Victor es atraído, de manera gradual e imperceptible, hacia un espejo sombrío de la alta sociedad hasta sentirse atrapado y sin salvoconducto de regreso. Pero al volver al lado conocido descubre que no había espejo, ni vía de escape, ni otro mundo a excepción de este en el que los hoteles implosionan y los aviones caen desplomados del cielo.
Valiéndose de la hábil sátira y el ingenio salvaje que caracterizan su escritura, Bret Easton Ellis borda las transiciones de lo cómico a lo surrealista, de lo horrible a lo humano, y va más allá de la mera fachada presentándonos una tenebrosa realidad donde la fama, el terror y el caos se encuentran y empiezan a parecerse demasiado a la apariencia de nuestras vidas. Una novela que define el siglo XX americano en su tiempo de descuento.
La crítica ha dicho:
«Uno de los placeres de Glamourama es imaginar cómo la explicarán los investigadores de la ficción posmoderna dentro de un siglo. [...] Ellis arroja un nuevo infierno en cada página. [...] [Y] mediante todo este caos, el estilo sigue siendo misteriosamente elegan».
The New Yorker
«Su mejor obra hasta la fecha. [...] Mantiene su aguda ironía con un ingenio absoluto».
Esquire
«Probablemente la novela definitiva de la década de 1990. Glamourama debería confirmar a Ellis como el escritor más ambicioso e intrépido de su generación. [...] Muy oportuna para nuestros tiempos. [...] Una lectura imprescindible».
The Seattle Times
«Impecable [...], fría, despiadada y moderna. [Ellis] retrata una época de metrosexualidad excesiva, en la que la orientación sexual importa menos que parecerse a un modelo y vestir de Prada».
The Village Voice
«Convincente y aterrador. Un thriller político sembrado de conspiraciones, agentes dobles y terrorismo internacional. Glamourama es como un ataque con explosivos a nuestras superficialidades».
The Face
Sobre Blanco:
«Ellis irradia el mismo espíritu joven de siempre: diversión irreverente, una fina ironía y una curiosidad artística incansable. Es la encarnación de cómo todo y nada ha cambiado entre el mundo predigital de 1985 y la actualidad».
Lauren Christensen, The New York Times
«Bret Easton Ellis no pierde el punch de enfant terrible».
Laura Fernández, El País
«La mejor descripción de Blanco es decir que se trata de una provocación, aunque es mucho más que eso, si te molestas en leerlo».
Rachel Cooke, The Guardian
Sobre American Psycho:
«American Psycho sigue siendo la exégesis literaria más indispensable y salvaje sobre la sociedad que hemos construido».
Irvine Welsh
«American Psycho era y es y será una obra maestra de la literatura estadounidense del siglo XX [...] símbolo y metáfora y síntoma y paradigma [...] Con prosa y dicción que se las arregla para fundir lo mejor de Ernest Hemingway y Joan Didion y HAL 9000».
Rodrigo Fres
«Esto es seguro: esta novela se adelantó a su tiempo».
Dwight Garner, The New York Times
«American Psycho es hilarante. Además de una pesadilla repulsiva, Patrick Bateman es una creación cómica de primer orden».
Sam Jordison, The Guardian
