Con el nombre de Amores se ha querido englobar la colección -incompleta pero
notoria- que se ha venido prodigando en las diversas ediciones de los Cuentos
de Amor de la novelista Emilia Pardo Bazán (1851-1921) dispersos en las
postrimerías del siglo XIX en periódicos y revistas, con clamoroso éxito para
su autora. Gran conocedora de la temática amorosa (crisis, devaneos, idilios,
celos, amantes, divorcios) la autora plantea los afectos desde los más
diversos puntos de vista, eligiendo la modalidad narrativa del cuento o relato
corto, desde el cual mantiene posturas favorables a la igualdad de sexos y a
la reivindicación …
Antonio Machado y Núñez (1815-1896), natural de Cádiz y oriundo de Huelva,
padre de Antonio Machado Álvarez _Demófilo_ y abuelo de los famosos poetas
Antonio y Manuel, es el más desconocido de esta saga de prohombres. Se
licenció en Medicina en Cádiz en 1838. Tras recorrer Guatemala y reunir dinero
con el ejercicio de su profesión, volvió a España en 1841, marchando a París
para ampliar estudios en La sorbona, trabajando en clínicas y asistiendo a los
cursos de Prevost, Dumas, Becquerel y otros para profundizar en el estudio de
las Ciencias Naturales. Viajó por Suiza, Alemania y Bélgica, pero …
El sevillano Gustavo Adolfo Bécquer (1936-1870 fue, además de gran poeta,
extraordinario narrador, En sus nueve escritos o cartas Desde mi celda, que
publicó en el periódico El Contemporáneo entre mayo y octubre de 1864, traza
un tipo de periodismo sereno, fértil, imaginativo y seductor. Con la visión
enérgica y cambiante del Moncayo desde las rejas de su mínimo aposento de
Veruela, el viajero o corresponsal queda atraído por las ruinas de castillos,
monasterios y camposantos, donde pululan tipos pintorescos, brujas y
nigromantes, extraño éter que en aquellas sierras ibéricas se debate entre la
realidad y el misterio. Tras la …
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) es autor de esta sátira, que
acomete la risa del lector desde el primer renglón. Curiosa, hilarante e
inclasificable, consiste en una relación de los beneficios e inconvenientes de
esta silenciada parte del cuerpo humano, cuyo manuscrito se encuentra en la
Biblioteca Nacional, existiendo varios ejemplares, como el que, de parecido
título, se conserva en la Colección Juan Isidro Fajardo. Buen ejemplar para el
estudio de las mentalidades y de un tipo de literatura maldita.
Con prólogo del duque de Rivas, La familia de Alvareda (Madrid, 1856; la
primera novela escrita por su autora según Latour) colocó a Fernán Caballero,
seudónimo de Celia Böhl de Faber y Larrea (1796-1877), en los primeros puestos
de la novelística española decimonónica, en sana competencia con sus
cultivadores del sexo opuesto. Antes que situar la trama en los salones
pedantes donde la autora estaba, por nacimiento y nupcias, llamada a
desenvolverse, escoge un ambiente netamente rural donde desarrollar las
escenas, costumbristas y realistas, alejadas de cualquier sofisticación y
sometidas a rigores atávicos. Sus personajes, como imagen de la España
Los perros Cipión y Berganza, a quienes Miguel de Cervantes proporciona la
facultad nocturna de hablar para el desarrollo del coloquio, entran de lleno
en el género del relato picaresco. Incluido el texto en las Novelas Exemplares
(Madrid, 1613), la 'humanidad' animal se contrapone a la 'animalidad' humana,
motivo que sirve al autor para retratar la sociedad de su tiempo a través,
asimismo, de los diferentes personajes (los amos de los canes y otros) que los
conversadores caninos sacan a colación.
Mercedes de Velilla y Rodríguez (1852-1918), hermana del poeta y dramaturgo
José de esos apellidos, fue uno de los referentes del primer Juan Ramón
Jiménez. Su sensible e intimista voz lírica le valió el apelativo de La
Rosalía de Castro del Sur. El medio que utilizó para salvar el abismo entre
los mundos soñado y real fue la evasión -o conciencia- hacia la soledad y el
silencio. Hay en sus versos pasión dolorida, corazón apenado y un sentido
ultraterreno de fatalidad ante la muerte, que se presiente y -casi- se ansía.
Seguidora de Bécquer, su hondura amorosa llega al misticismo …
Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891) escribió
El Capitán Veneno «en ocho días, en el sitio,
fecha y circunstancia que refiere su dedicatoria
al Sr. D. Manuel Tamayo y Baus; lo publiqué, por
trozos quincenales, en la Revista Hispano-
Americana, y después se han hecho de él tres
ediciones en tomo». El volumen del que parte la
presente edición se fecha en 1881. Novela corta
de final feliz, narra la peripecia de un capitán de
recios modales y difícil trato, pero de corazón
ardiente, generoso y amable.
Ternura, emoción y sutileza impregnan cada página de este universal libro de
estampas, que recrea, a modo de diario intemporal no autobiográfico, las
impresiones, la visión lírica, el estro sensible surgidos entre un poeta y su
confidente el burrillo Platero, al que hace protagonista literario -el otro
'yo'- de su universo interior. Juan Ramón Jiménez, escritor de pincel, mezcla
en su paleta los colores del recuerdo, donde la realidad es mínima parte de
las sensaciones, ingrávidas, gozosas, que sostienen la arquitectura de los
sentimientos, y los dispone, en maravillosas tonalidades, sobre el lienzo de
la existencia, vivida, soñada o recreada. …
_Poesía (en verso)_, publicado en 1923, es el resultado de parte de la obra
lírica (15 títulos) escrita por Juan Ramón Jiménez desde 1917 hasta entonces.
Englobada en su etapa 'intelectual', el autor somete al lenguaje a la pureza
de formas y ritmos para que la belleza se muestre en su plenitud, despejada,
libre de postizos; el estilo fluya libre y las cosas, podadas intensamente,
aparezcan en su aspecto concreto más sutil dentro de la abstracción metafísica
que supone juntar letras que imiten al sonido interior. Libro esencial, previo
a las concepciones metamórficas que siguieron, sumidas bajo el concepto de
Con Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Böhl de Faber y Larrea (Suiza, 1796
- Sevilla, 1877) comienza, en toda su plenitud, el realismo en la narrativa
española. El breve ensayo sobre el Alcázar sevillano (La Andalucía, 1862),
descriptivo, anecdótico y de algún modo historicista (por más que la autora
reniegue de esa actitud en beneficio del impresionismo gráfico), salió a la
luz en 1863, un lustro antes de la Septembrina o Gloriosa, revolución que
destronó a Isabel II. Fue un año luctuoso para la novelista, al fallecer, por
suicidio, su marido, que la dejó sumida en graves problemas económicos. La
Este trabajo de acarreo (campo y gabinete) es de los que duran toda la vida,
o, mejor dicho, de los que se 'hacen solos'. Así opinaba, también, el
folklorista Francisco Rodríguez Marín cuando en abril de 1899 mandó imprimir
sus _Mil trescientas comparaciones populares andaluzas_ recogidas de la
tradición oral. Son los antecedentes de este libro, que, sin dar cabida a un
número inconmensurable de modismos comparativos que no poseen las partículas
más que o como, exageraciones, incluso con la categoría de refranes y frases
proverbiales, usadas en el habla común de Andalucía y aún de gran parte de
España, …
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