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Aprendé a limpiar organizadamente con productos hechos por vos y convertí tu casa en tu lugar en el mundo.
Tu casa debería ser un lugar al quieras volver siempre. Y para eso, además de ordenada, tiene que estar limpia. Soy Amo de Casa te muestra las mejores estrategias para lograrlo, a la vez que te enseña cómo hacer tus propios productos de limpieza con solo dos o tres ingredientes.
¿Sabías que el vinagre hace magia? ¿A qué tenés que dedicarle más atención y con qué frecuencia? ¿Qué podés hacer con esa mancha que no sale con …
Aprendé a limpiar organizadamente con productos hechos por vos y convertí tu casa en tu lugar en el mundo.
Tu casa debería ser un lugar al quieras volver siempre. Y para eso, además de ordenada, tiene que estar limpia. Soy Amo de Casa te muestra las mejores estrategias para lograrlo, a la vez que te enseña cómo hacer tus propios productos de limpieza con solo dos o tres ingredientes.
¿Sabías que el vinagre hace magia? ¿A qué tenés que dedicarle más atención y con qué frecuencia? ¿Qué podés hacer con esa mancha que no sale con nada? ¿Y con el sarro de la bañera? ¿Es posible recuperar una olla quemada o dejar impecable una pava? ¿Hay una forma eficaz de limpiar azulejos y pisos? ¿Cómo lograr que la ropa no quede arrugada? ¿Cómo quitarles el olor a las zapatillas?
Soy Amo de Casa es tu aliado perfecto. El experto que te ayudará a transformar tu casa en tu lugar en el mundo.
Dalia Gutmann nos tiene acostumbrados a hacernos reír, y no es que haya renunciado a ello. Lo vuelve a hacer en Tengo algo para decir, pero a la manera que lo hizo en Entregada al ridículo. Se anima sin vergüenza al relato biográfico, confesional, reflexivo.
Dalia se anima sin vergüenza al relato biográfico, confesional, reflexivo, y muestra el revés de la calza, el agujerito de la remera con la que duerme, los mocos y las lágrimas. La pareja, la familia, la maternidad, el miedo a morir, las pérdidas, las ganas, la vocación: todo pasa por su …
Dalia Gutmann nos tiene acostumbrados a hacernos reír, y no es que haya renunciado a ello. Lo vuelve a hacer en Tengo algo para decir, pero a la manera que lo hizo en Entregada al ridículo. Se anima sin vergüenza al relato biográfico, confesional, reflexivo.
Dalia se anima sin vergüenza al relato biográfico, confesional, reflexivo, y muestra el revés de la calza, el agujerito de la remera con la que duerme, los mocos y las lágrimas. La pareja, la familia, la maternidad, el miedo a morir, las pérdidas, las ganas, la vocación: todo pasa por su tamiz. Con el estilo directo libre que le es propio. Es una mujer en sus 40, adulta y madura, que repasa su vida y cuenta por primera vez -sin perder el humor y la ironía que ya son su marca personal- miedos y dolores que no le conocíamos. Franca y revoltosa, fiel a sí misma. Dalia.
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