El granadino universal Ángel Ganivet (1865-1898) publica Granada la bella dos
años antes de suicidarse en el río letón Dvina, paisajes nórdicos a los que le
llevó su quehacer diplomático. Obra maestra del pesimismo y de la angustia,
reeditada en 1920 en Madrid, es considerada, junto a su autor, precursora de
aquellos ideales, enarbolados por los integrantes de la Generación del 98, que
llevaron un día a gritar, hacia adentro, «¡España se nos va!», a pesar de sus
inquietudes regeneracionistas pese al aparente desapego de las cuestiones
mundanas. Con esencia filosófica y espiritual, ordena las cosas en una
cosmovisión desencantada …
La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (Alcalá de
Henares, 1554, una de las ediciones de aquel año), consta de siete capítulos o
tratados, dejándose notar en algunos haber sido cuidadosamente acortados, tal
vez por el Santo Oficio, pues el clero, por algunos de sus miembros aquí
retratados en toda su cruel ruindad, no sale bien parado en sus descripciones
hilarantes por el anónimo narrador. De carácter autobiográfico, narra, en
primera persona, las vicisitudes de un niño que ha de atravesar la iniciática
vida de la picaresca hasta que la providencia -el buen aprendizaje en …
_Arte y artistas flamencos_ (Madrid, 1935) convirtió a Fernando el de Triana
(1867-1940) en el primer profesional de lo jondo que abordó, literariamente,
este tema. Si su faceta como ensayista y biógrafo de este género folklórico,
que condensa en un único y raro tomo, es ilustrativa de una personalidad rica,
no lo son menos otras que le consagran, quizás, como uno de los artistas
flamencos más polifacéticos: Cantaor notable, entre los reconocidos de su
tiempo, inclinado a palos como la soleá, la taranta, la malagueña o el
fandango alosnero, de los que funda
escuela y divulga, es autor de …
El sevillano Gustavo Adolfo Bécquer (1936-1870 fue, además de gran poeta,
extraordinario narrador, En sus nueve escritos o cartas Desde mi celda, que
publicó en el periódico El Contemporáneo entre mayo y octubre de 1864, traza
un tipo de periodismo sereno, fértil, imaginativo y seductor. Con la visión
enérgica y cambiante del Moncayo desde las rejas de su mínimo aposento de
Veruela, el viajero o corresponsal queda atraído por las ruinas de castillos,
monasterios y camposantos, donde pululan tipos pintorescos, brujas y
nigromantes, extraño éter que en aquellas sierras ibéricas se debate entre la
realidad y el misterio. Tras la …
Con Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Böhl de Faber y Larrea (Suiza, 1796
- Sevilla, 1877) comienza, en toda su plenitud, el realismo en la narrativa
española. El breve ensayo sobre el Alcázar sevillano (La Andalucía, 1862),
descriptivo, anecdótico y de algún modo historicista (por más que la autora
reniegue de esa actitud en beneficio del impresionismo gráfico), salió a la
luz en 1863, un lustro antes de la Septembrina o Gloriosa, revolución que
destronó a Isabel II. Fue un año luctuoso para la novelista, al fallecer, por
suicidio, su marido, que la dejó sumida en graves problemas económicos. La
Este trabajo de acarreo (campo y gabinete) es de los que duran toda la vida,
o, mejor dicho, de los que se 'hacen solos'. Así opinaba, también, el
folklorista Francisco Rodríguez Marín cuando en abril de 1899 mandó imprimir
sus _Mil trescientas comparaciones populares andaluzas_ recogidas de la
tradición oral. Son los antecedentes de este libro, que, sin dar cabida a un
número inconmensurable de modismos comparativos que no poseen las partículas
más que o como, exageraciones, incluso con la categoría de refranes y frases
proverbiales, usadas en el habla común de Andalucía y aún de gran parte de
España, …
El gaditano-alicantino Emilio Castelar y Ripoll (1832-1899) fue presidente de
la I República Española. A él se deben la abolición de la esclavitud en Puerto
Rico, entonces colonia, y la eliminación de los títulos de nobleza, entre
otros logros liberales. Gran orador, del que se conservan varios discursos,
cultivó asimismo la narrativa histórica, como este trabajo, cuyo título
responde a un lugar topográfico de Granada, desde donde, dice la leyenda,
Boabdil, el último rey nazarita, suspiró antes de adentrarse en las Alpujarras
y en el destierro, a la vista, sublime, de la Alhambra.
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) exhibe en sus Leyendas (1861-1864) una
imaginación desbordante y un profundo amor por la Naturaleza inmarcesible y
por las cosas que, de sencillas e íntimas, pasan desapercibidas; también por
los mundos inefables, de ultratumba, imaginarios y a veces terroríficos. Tras
su muerte, estos relatos (agrupados en un volumen en 1871 junto a su
producción poética, se convirtieron en monumentos de la narrativa posromántica
en castellano.
Hasta que el canónigo Loaysa decide inventariar a fines del siglo
XVII, sistemáticamente, la losas sepulcrales de la Catedral de Sevilla, nadie
se había percatado de la importancia de algo (en los pies mismos) que había
adquirido solera arqueológica. Su recopilación de epitafios y la de sus
continuadores cobra, si cabe, más importancia si se tiene en cuenta que las
obras en el edificio llevadas a cabo en los siglos XIX y XX, hermoseando su
pavimento, eliminaron de paso el concepto de 'templo', bajo una serie de
condiciones, como cementerio de eclesiásticos, cofradías, fundadores de
capillas o seglares adinerados, …
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