Tomarte tiempo para nutrirte y conectar con los ritmos de la Tierra puede parecer toda una hazaña cuando tus días están repletos, pero este bonito manual ilustrado puede hacer que sea una tarea mucho más sencilla. Esta obra proporciona rituales poderosos y accesibles que los lectores querrán repetir una y otra vez a lo largo del año para sentirse más arraigados, alineados con sus propósitos y en contacto con su propia sabiduría innata.

Una invitación a practicar y personalizar decenas de rutinas, que incluyen técnicas como el trabajo de respiración, meditación y aromaterapia, así como propuestas más esotéricas como la astrología, los cristales o el tarot. De la mano de verdaderos expertos (desde maestros de reiki a psicólogos y terapeutas), los lectores podrán aprender la fascinante historia de estas prácticas espirituales ancestrales y su evolución a través de los años, hasta llegar a las aplicaciones más modernas. Dividido por estaciones, esta obra incluye numerosas ideas de rituales para enriquecer el alma y el espíritu.

• Honra la quietud del invierno y el comienzo del año planteándote nuevos propósitos con un ritual de plantación de semillas.
• Cuando llegue la primavera, prueba un ritual de respiración para liberar bloqueos y seguir adelante.
• Celebra el verano con un ritual de baño de bosque para despejar tu mente, o con un ritual con cristales para tener el corazón abierto y receptivo.
• En otoño, relájate con una ceremonia de luna llena para reflexionar sobre el año.

Esta obra infundirá en tu vida más alegría, gratitud y una conexión más profunda contigo mismo y con nuestra Madre Tierra.

«Así les habían enseñado: las penitencias se agradecían. El castigo era un regalo. ¿Cómo, si no, el alma alcanzaría el temple necesario para acercarse a la purificación anhelada?».

En 1863, en el momento más crítico de la guerra civil estadounidense, los miembros de la misión diplomática del presidente Lincoln en Santiago de Chile se transformaron en los inesperados héroes de una de las tragedias más sobrecogedoras del siglo XIX: la muerte de más de dos mil mujeres atrapadas en el incendio de la Iglesia de La Compañía de Jesús. Esta catástrofe llegó a la portada del New York Times y desató la preocupación de autoridades internacionales, pero como el fuero eclesiástico protegía a los sacerdotes de cualquier investigación civil, el caso se cerró como un simple accidente. Las víctimas jamás obtuvieron justicia.

El buzón de las Impuras desnuda por primera vez quiénes eran las Hijas de María, una cofradía de mujeres de la alta sociedad que lograba convocar a miles de fieles, pero que terminó bajo las cenizas del templo jesuita, con el injusto silencio de la subyugación patriarcal. Sus cuerpos fueron sepultados y quemados, pero no sus voces, pues del horrendo fuego solo una cosa se salvó: el buzón donde las asociadas confesaban a la Virgen sus más íntimos deseos y pecados… así como también los violentos abusos a los que eran sometidas en el supuesto nombre de Dios.