<p align="center"><strong>El azar, el error y el engaño están presentes en todos los ámbitos de nuestras vidas: el trabajo, las relaciones personales, la política, la economía. </p> </strong>
El <strong>error</strong>, incluso, es parte <strong>esencial</strong> del material biológico que nos forma. Los seres vivos llegamos a ser lo que somos por el cambio continuo de la <strong>estructura genómica</strong>: el código grabado en nuestros genes se equivocó una y otra vez para que, alfin, una de las múltiples configuraciones acabara<strong>prevaleciendo</strong>. En otras palabras, los seres <strong>humanos</strong> somos producto del azar y el error.</p> ¿Pero dónde está la <strong>frontera</strong> entre azar y …
<p align="center"><strong>El azar, el error y el engaño están presentes en todos los ámbitos de nuestras vidas: el trabajo, las relaciones personales, la política, la economía. </p> </strong>
El <strong>error</strong>, incluso, es parte <strong>esencial</strong> del material biológico que nos forma. Los seres vivos llegamos a ser lo que somos por el cambio continuo de la <strong>estructura genómica</strong>: el código grabado en nuestros genes se equivocó una y otra vez para que, alfin, una de las múltiples configuraciones acabara<strong>prevaleciendo</strong>. En otras palabras, los seres <strong>humanos</strong> somos producto del azar y el error.</p> ¿Pero dónde está la <strong>frontera</strong> entre azar y error? Y más aún: ¿cuál es la diferencia entre error y engaño? Los errores pueden ser una fuente inmejorable de <strong>aprendizaje</strong>, si sabemos detectarlos. Por otro lado, se puede engañar sin <strong>mentir abiertamente</strong>, es decir, sin dar información falsa. Esto ocurre con frecuencia, por ejemplo, en la estadística, cuando se oculta información, se dan datos parciales o se ofrecen interpretaciones sesgadas. Por ello, nos dice Gerardo Herrera Corral, el <strong>conocimiento estadístico</strong> debería formar parte de la educación básica de toda persona.</p> Sí, la estadística puede utilizarse para <strong>analizar</strong> la realidad, para explicar y comunicar mejor datos complejos, pero también puede emplearse para <strong>deformar</strong> los hechos, manipular y engañar al público. Este libro reúne historias en las que la estadística es la clave: ¿Es real el <strong>cambio climático</strong>? ¿Viven más tiempo los fumadores? ¿Hay vida en otros planetas? ¿Se acerca el fin de la cultura del automóvil? Al analizar estos casos, el autor nos ayudará a definir conmayor claridad las <strong>barreras entre verdad y mentira, azar y error.</strong></p>
