Creador de Los Agachados, Mis Supermachos y más de un centenar de libros publicados, Rius, el gran monero mexicano, ocupó un lugar clave en la historia de la cultura popular.

México a través de Los Popolucos es uno de los rescates más valiosos que ha hecho el propio Rius dentro de su inconmensurable obra. Se trata de la historieta satírica del México prehispánico, donde el maestro monero aborda lo que pomposa y equivocadamente algunos llaman "nuestras raíces".

Los hilarantes nombres de los personajes dan una idea del enfoque de aquella mítica historieta: Jacaranda, Nopalzin, Huejotzingo, Chipotle, Topillejo, Cacahuatzin, Atolotzin, Bolonchón, Calabantún. Con ellos, Rius divierte y politiza con un propósito que rige toda su obra: informar y, si se puede, educar a sus lectores ("competencia de la SEP", lo consideraba Carlos Monsiváis).

Así, en este libro se halla a cabalidad el Rius maestro: con su inmensa capacidad de síntesis y su talento para procesar conocimientos y ponerlos al alcance de cualquier principiante a través de risas y carcajadas. En estas páginas también encontramos al otro Rius, el profundamente político, el monero que sin proponérselo es visto por el gobierno en turno como activista y revoltoso.

Sin duda, los lectores del autor (que se cuentan por cientos de miles de millones) le agradecerán infinitamente que haya encontrado entre sus papeles esta novela gráfica histórica.

Una "crónica gráfica" completísima de la caricatura mexicana.

Rius, uno de los más grandes caricaturistas de México, comparte con sus lectores todo lo que sabe sobre la caricatura nacional, empezando por un repaso histórico que aborda el desarrollo de la caricatura de contenido político, el humor blanco o el humor "reaccionario".

Los grandes de este arte están presentes con muestras magníficas de su trabajo y juicio certeros sobre el mismo. Las explicaciones parten del documento gráfico, elegido siempre por su calidad artística y su significado histórico, sin olvidar nunca que tanto los caricaturistas como el monero divulgador buscan antes que nada hacer reír a los lectores. La información básica se complementa con breves biografías de los caricaturistas y minientrevistas realizadas por el propio autor sobre temas como la función social de la caricatura o la importancia del dibujo y/o el texto.

Creador de Los Agachados, Mis Supermachos y más de un centenar de libros publicados, Rius, el gran monero mexicano, ocupó un lugar clave en la historia de la cultura popular.

Este diccionario ilustrado con toda suerte de imágenes -monos dibujados por Rius, viñetas antiguas, grabados modernistas, fusiles y muñecas-, reúne definiciones insólitas, pero no carentes de razón.

En sus páginas se encontrarán las auténticas costumbres de ciertos profesionistas -médicos, abogados, economistas y hasta funcionarios públicos-; el singular uso de ciertos objetos comunes -medias, perfumes, cheques-; o el veraz significado de conceptos religiosos y políticos "resurrección", "democracia", "nación".

Pero lo más importante de este Pequeño Rius ilustrado es que cada una de sus figuras y explicaciones está dominada por la más rara de las virtudes: el sentido del humor.

"Vea, lea y muérase de risa",

debiera ser su lema publicitario.

Este libro -explica Rius- trata de ser una guía para la crisis que estamos viviendo, para que la gente sepa "al menos" qué plantas pueden estar a su alcance cuando las cosas se pongan feas (si se ponen peor).

Este libro -explica Rius- trata de ser una guía para la crisis que estamos viviendo, para que la gente sepa "al menos" qué plantas pueden estar a su alcance cuando las cosas se pongan feas (si se ponen peor). Rius informa ampliamente al lector sobre la buena alimentación y aprovechamiento de los nutrientes que contienen los vegetales.

A su manera, sintética y humorística, el autor describe cada una de las plantas, subrayando sus propiedades y enseñando cómo sacarles el mayor provecho. Con este propósito se incluyen tablas de contenido de proteínas, vitaminas y minerales de las plantas, las frutas y otros alimentos para aprender a balancear nuestra dieta. Así su conclusión es muy sencilla, pero contundente: "¡Éntrele a las verduras, son muy buenas!"