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El arte de ir al baño en la oficinaExisten multitud de libros que te dan las claves para mejorar en el mundo laboral, pero todos ellos han olvidado lo más importante: explicarte cómo ir al baño y hacer caca con total serenidad y armonía sin poner en peligro tu carrera. Porque, efectivamente, los problemas pueden ser múltiples y peligrosísimos: la cisterna no funciona, el papel se ha acabado, haces mucho ruido o, ¡cáspita!, tu jefe está justo en el retrete de al lado haciendo lo mismo que tú…Este libro está aquí para salvarte: sortearás con la cabeza bien alta y con la mayor dignidad las 58 situaciones más dramáticas que …
«Sería bueno que la Iglesia, todas las iglesias, volvieran a inspirarse sin miedo en las palabras y la actitud de Jesús hacia las mujeres, asumiendo su visión del mundo.»
Enzo Bianchi
«Levántate, mujer, muestra la frente, quédate firme, no vivas agachada.»
Cuentan los sabios que todo buen judío, al levantarse por la mañana, daba gracias a su dios por no ser pagano, mujer o esclavo. ¿Cuál era entonces el papel de las mujeres en los tiempos de Jesús? Las vírgenes eran presas codiciadas para el matrimonio, y las casadas gobernaban como dueñas del hogar y maestras de sus hijos, …
«Sería bueno que la Iglesia, todas las iglesias, volvieran a inspirarse sin miedo en las palabras y la actitud de Jesús hacia las mujeres, asumiendo su visión del mundo.»
Enzo Bianchi
«Levántate, mujer, muestra la frente, quédate firme, no vivas agachada.»
Cuentan los sabios que todo buen judío, al levantarse por la mañana, daba gracias a su dios por no ser pagano, mujer o esclavo. ¿Cuál era entonces el papel de las mujeres en los tiempos de Jesús? Las vírgenes eran presas codiciadas para el matrimonio, y las casadas gobernaban como dueñas del hogar y maestras de sus hijos, a resguardo de la mirada ajena y al amparo de unas leyes creadas por los hombres.
A lo largo de los siglos, la Iglesia se ha preocupado por seguir estas reglas y alejar del poder fáctico a la mujer, pero Enzo Bianchi ha repasado con atención algunos textos sagrados para mostrarnos la actitud de Jesús hacia las figuras femeninas que se cruzaron en su vida: mujeres enfermas, extranjeras, adúlteras, que se acercaron y recibieron de él palabras de respeto y aliento. Y, entre ellas, destaca la imagen de María Magdalena, que la Historia con mayúsculas ha tratado de manera extravagante y a menudo perversa, pero que en boca de Jesús fue apóstol de los apóstoles, mujer sabia y poderosa.
Jesús y las mujeres es un ensayo honesto y polémico que nos acerca a la historia viva de otros tiempos, y sus palabras encuentran eco en nuestra realidad.
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