H. P. Lovecraft (1890-1937) es el autor de los saberes prohibidos y de los libros malditos; su lenguaje, barroco y obsesivo, es una sugerencia de la fascinación por el terror. Considerado como uno de los grandes innovadores dentro del género de terror creando una mitología propia, apartandose de las tematicas tradicionales hasta el momento, introduciendo elementos de la ciencia ficción. En este volumen de cuentos podrá encontrar lo siguientes relatos del maestro del terror: El extraño caserón en la niebla. Hasta los mares. La antigua raza. La calle. Poemas en prosa. Memoria. Nyarlathotep. Ex Oblivione. Lo que nos tra la …
Con y alrededor de Lovecraft cuaja de manera definitiva el cuento de horror materialista. En este tipo de narración, el horror acecha desde la más remota antigüedad o el lejano futuro, en las profundidades insondables del océano, los abismos del espacio exterior, o en lugares apartados de nuestro planeta, tales como el Tíbet, las selvas amazónicas o el desierto del Gobi. Incluso en dimensiones paralelas a la nuestra. Lovecraft comenzó a escribir cuentos de horror de raíces más convencionales para luego ir evolucionando hacia el horror materialista. La expresión última de esa evolución es lo que llamamos los mitos de …
H. P. Lovecraft (1890-1937) es el autor de los saberes prohibidos y de los libros malditos; su lenguaje, barroco y obsesivo, es una sugerencia de la fascinación por el terror. Considerado como uno de los grandes innovadores dentro del género de terror creando una mitología propia, apartandose de las tematicas tradicionales hasta el momento, introduciendo elementos de la ciencia ficción. En este volumen de cuentos podrá encontrar lo siguientes relatos del maestro del terror: la pradera verde. La poesía y los dioses. El horror de Martin's Beach. Cenizas. El devorador de fantasmas. Los amados muertos.
Y entonces, con un chapoteo sordo, aterrador, un ser marino emergió de entre las olas. Su forma se asemejaba a la de un perro, pero también podría ser la de un hombre o la de algo aún más extraño. No pareció verme -o no le importó- nadó como un pez bajo la luz de las estrallas hasta que se sumergió de nuevo en las aguas. Al poco volvió a aparecer y, al estar más cerca, vi que llevaba algo sobre los hombros. También me di cuenta de que no podía tratarse de un animal, sino que era un hombre, o algo parécido a un hombre... Pero nadaba con una facilidad espantosa.
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