Un evento es una actividad pública y social, que para las organizaciones,
instituciones y personas son actos no habituales. Estos encuentros promueven
el contacto con los públicos de la organización y ponen en juego la fortaleza
de las acciones corporativas de la comunicación global.
El encuentro se transforma en una expresión institucional, que en su
celebración pone en juego los sistemas de imagen e identidad de la
organización y articula los mecanismos culturales para darle un carácter
propio. Estos atributos cobran importancia en la realidad de las empresas
conscientes de su nuevo rol y que se cuidan mucho de …
Un evento es una actividad pública y social, que para las organizaciones,
instituciones y personas son actos no habituales. Estos encuentros promueven
el contacto con los públicos de la organización y ponen en juego la fortaleza
de las acciones corporativas de la comunicación global.
El encuentro se transforma en una expresión institucional, que en su
celebración pone en juego los sistemas de imagen e identidad de la
organización y articula los mecanismos culturales para darle un carácter
propio. Estos atributos cobran importancia en la realidad de las empresas
conscientes de su nuevo rol y que se cuidan mucho de enviar a sus públicos el
mensaje correcto.
Desde su estructura intrínseca, la construcción del mensaje constituye la idea
fuerza que construye la relación con sus públicos y constituye el eje de la
producción, que transforma al evento en un acto que habla por sí mismo y que
le muestra a los participantes sus rasgos más comerciales.
Según esta perspectiva moderna, un evento siempre es una herramienta y una
actitud de comunicación corporativa de alto impacto, que solo puede entenderse
integrado a las estrategias de comunicación global de la empresa.
El mensaje, los colores, la música, los carteles y el ambiente se conjugan
para celebrar, capacitar, integrar o presentar un producto, proyecto o su
gente en cada evento que produce. La filosofía, sus valores, su cultura
impregna cada una de sus realizaciones haciéndola única.
El organizador profesional en este campo debe ofrecerle a su cliente
corporativo un evento funcional, políticamente correcto y en sintonía con
todas sus expresiones y para ello no solo debe conocer las técnicas de gestión
y organización que rigen los diferentes encuentros empresarios, sino que debe
ser capaz de entender a su cliente en toda su complejidad cultural y de
intereses.
Esta es la mirada que brinda este libro, desde el cual se abordan las técnicas
de organización, las características del cliente corporativo, los distintos
tipos de eventos que demandan, sus expectativas y los errores más comunes que
se cometen a la hora de encarar la gestión de los eventos de marca, de
negocios, de integración, de capacitación y de difusión.
